"Soltero en casa": por qué cada vez menos jóvenes pueden cumplir el sueño de irse a vivir solos
El fenómeno se repite, y no sólo en la Argentina. Por qué por primera vez la nueva generación de clase media no podrá superar económicamente a la anterior.
La mayoría de los jóvenes de clase media tiene enormes dificultades para cumplir su sueño de irse a vivir solos. Así, se terminan quedando a vivir con sus padres hasta pasados los 30 años.
Para muchos es un drama, porque vivir con su familia termina provocando discusiones, falta de intimidad y, sobre todo, la sensación de que han podido lograr poco y nada en la vida.
El encarecimiento del costo de vida, que viene sufriendo una escalada desde más de dos años en la Argentina y que se desmadró directamente a partir de la devaluación aplicada por el nuevo gobierno de Javier Milei, vuelve casi imposible para los jóvenes intentar el sueño de vivir solos.
Por eso, para las clases medias, esta generación de jóvenes será la primera en las últimas décadas que no podrá superar económicamente a la anterior. El fenómeno ya se viene dando en las clases bajas, donde ya van dos generaciones donde lo más habitual es cobrar un plan social y vivir de changas, para tratar de llegar a fin de mes.
Informes preliminares sobre la medición de pobreza arrojarían un dato demoledor: medida por ingresos, el 50 por ciento de la población ya es pobre en la Argentina. Pronto habrá novedades sobre este tema por parte el reconocido reporte elaborado por la Universidad Católica Argentina.
Eso ocurre salvo en el caso de los que tienen una chance de llegar a la universidad, un fenómeno que mejoró mucho en el conurbano con la creación de universidades, donde la mayoría de los alumnos serán “primer generación de egresados universitarios” de sus familias.
Para el resto alcanzar una mejora económica es una “misión imposible”, advierten la mayoría de los estudios sociológicos que circulan.
Entre los casos de éxito, la Universidad de La Matanza, creada hace 30 años, ya tiene entre su alumnado a una mayoría de estudiantes que son “primera generación de licenciados en su familia”, que por supuesto lo refleja con gran orgullo. Los mismo ocurre en otros distritos con facultades propias.
“Soltero en casa”.
Lejos de lo que planteaba la comedia “Soltero en casa” –con un genial Matthew McConaughey mostrando a un personaje que a pesar de ser un profesional exitoso se resistía a abandonar “la casita de los viejos”, pero sólo por comodidad y “amor” filial–, la realidad de miles de jóvenes en la Argentina es que se tienen que quedar en la casa de los padres porque la plata no les alcanza para otra cosa. A veces ni siquiera para afrontar sus gastos diarios.
Irse "a vivir solo” es todo un presupuesto, que incluye no sólo alquilar departamentos de un ambiente que superan los 200 mil pesos mensuales, sino también invertir para afrontar una enormidad en gastos. No sólo para alquilar, sino también en mudanza, mobiliario, decoración, y otros.
Con la entrada en vigencia del DNU impulsado por el Gobierno de Milei, desde fines de diciembre, quedó derogada la Ley de Alquileres. A partir de entonces, señalan desde el sector inmobiliario, la oferta de inmuebles para renta tradicional comenzó un proceso de recuperación que va “in crescendo”.
Pero si bien los inquilinos encuentran mayor disponibilidad a la hora de elegir departamentos o PH -los preferidos por la juventud-, los precios se están volviendo prohibitivos. Y muchos hasta cotizan directamente en dólares.
Actualmente, los contratos suelen firmarse por un plazo de dos años, con actualizaciones que se ajustan generalmente a la inflación cada tres o seis meses. Para tener una idea de lo que esto significa: entre diciembre y febrero se estima que la inflación acumulada rondará el 80 por ciento: 25% en diciembre -ya informado por el INDEC-, y 20% en enero y 20% en febrero (estimado por consultoras).
Así, alguien que pagó 100.000 pesos en diciembre, deberá afrontar 150 mil en enero y 180 mil en febrero. Sí, un crecimiento exponencial, como el que está ocurriendo con las prepagas, el otro gran gasto de la clase media.
Más allá de disponer de una mayor oferta de inmuebles, alquilar un departamento en la Ciudad de Buenos Aires es un desafío para el bolsillo de la clase media.
Una persona que quiera irse a vivir sola deberá desembolsar al menos unos $600.000 para "entrar" en un monoambiente.
La cifra puede aumentar según el tipo y tamaño del departamento, pero también en caso de tener que pagar por una mudanza o abonar un seguro de caución en caso de no contar con un inmueble para presentar como garantía directa.
Así las cosas, especialistas del rubro inmobiliario sostiene que a un joven, mudarse solo, le cuesta de movida unos 1.300.000 pesos, cuando el salario de un empleado de comercio ronda los 400 mil pesos, por ejemplo.
Cuánto cuestan los alquileres.
En la ciudad de Buenos Aires, el alquiler de un departamento monoambiente puede costar desde $260.000 en barrios como La Paternal, Villa Crespo o Chacarita, a $300.000 en Caballito o Colegiales, o hasta $400.000 en Las Cañitas, Belgrano y otras zonas de Palermo.
Pero hay más: si se pretende tener algo más de espacio para recibir a los amigos, el alquiler de un dos ambientes en Caballito o Almagro parte desde los $400.000, y puede rondar los $500.000 en Palermo o Colegiales. Encima, cada vez más locatarios piden dólares, así que todos los meses los inquilinos deben ir al dólar MEP, los que pueden, y otros directamente a las “cuevas”, que ya dejaron de ser una actividad ilegal por que el propio Milei las legalizó de palabra.
Lógicamente, los valores dependen -más allá de su ubicación- del tipo de edificio: es decir si cuenta con amenidades como SUM con parrilla, pileta y gimnasio, -muy buscados por los jóvenes- o su antigüedad. Y luego habrá que hacer frente a las expensas, que en general superan los 120 mil pesos mensuales.
Si se tiene en cuenta que quien alquila un departamento en la Ciudad de Buenos Aires debe pagar un mes adelantado más otro de depósito, ya que la comisión inmobiliaria corre por cuenta de los propietarios, para que una persona se vaya a vivir sola deberá desembolsar unos $600.000 si alquila un monoambiente, y $800.000 si se elige un dos ambientes, cuyo alquiler ronda los $400.000 mensual.
A eso, se le podría sumar la mudanza: una mudanza "básica, con un camión y cuatro operarios, cuesta unos $220.000″. Es decir que el monto a gastar ascendería a $820.000 en caso de alquilar un monoambiente y a $1.220.000 si se elige un dos ambientes.
La garantía, otra vez a recurrir a “los viejos”.
Otro aspecto clave a tener en cuenta es la garantía. Muchos jóvenes tienen como única opción, recurrir de nuevo a los padres, porque es muy difícil obtener garantes en la actualidad.
Si se cuenta con algún familiar o conocido dispuesto a ofrecer un inmueble como garantía para el alquiler, el inquilino deberá gastar unos $5.000 sólo para pagar el certificado de dominio del inmueble ofrecido en garantía. Es un gasto menor, a esta altura del partido.
Sin embargo, si no se cuenta con una garantías, la cosa cambia. Es posible acceder a un seguro de caución o empresas que ofrecen "servicios de garantía".
En este caso, los gastos aumentan. Además, suelen requerirse al menos dos personas que puedan demostrar ingresos en el país (con la documentación correspondiente, lo que no es fácil en una economía donde predomina el trabajo en negro) y que los mismos "tripliquen el monto del primer valor del alquiler más las expensas".
El valor de esta garantía suele ser de un mes y medio de alquiler: es decir, unos $450.000 en el caso del monoambiente y $600.000 si se trata del dos ambientes. Las empresas que ofrecen estos servicios, de todas formas, ofrecen la posibilidad de pagarlo con tarjeta de crédito en cuotas.
Pero si se suma este costo al monto total, una persona que se va a vivir sola deberá gastar unos $1.270.000 si se muda a un monoambiente cuyo alquiler mensual cuesta $300.000 y se contempla el valor de una mudanza.
Mientras que la suma asciende a $1.620.000 si se alquila un dos ambientes de $400.000, se paga una mudanza y se tiene que contratar el servicio de garantía de alquiler por parte de una aseguradora privada.
Estos números explican por qué existe una tendencia creciente de los jóvenes a quedarse más tiempo viviendo con los padres, a su pesar claro… (NA)